Más que sueño, 'Somni', porque los niños aparecieron a bordo de la lancha que lleva ese nombre y, más que realidad, real, por tratarse de los nietos de los Reyes. El último día de regatas en Mallorca, todos los miembros de la Familia Real, salvo quizá la pequeña infanta Sofía, de sólo tres meses, coincidieron a la misma hora y en el mismo sitio: el mar.Fue una jornada particular ya desde primera hora de la mañana. Como en los viejos tiempos, el Rey, el Príncipe, la infanta Elena y la infanta Cristina llegaron vestidos de regatistas al muelle de las Golondrinas para competir en la Breitling MedCup, cada uno a bordo de un Transpac 52, considerados la Fórmula 1 del mar. Don Juan Carlos patroneó el 'Bribón', que acabó sexto, don Felipe, el 'CAM' (decimocuarto), doña Elena navegó por segundo día en el 'Siemens', y debió de darle suerte, porque se proclamó campeón, doña Cristina, a quien no se había visto en toda la competición, se subió al 'Aifos', el barco de la Armada Española, que quedó en un discreto puesto número veinte; por delante del barco del rey
Harald, que quedó el 22. Froilán y Victoria acompañaron a su madre en el velero hasta el campo de regatas. Una vez allí, una lancha neumática los trasladó a la 'Somni', donde se reunieron con los demás primos. Y es que después de muchos espejismos marinos, a eso del mediodía, por fin se hacía realidad una de las imágenes más anheladas del verano. Mientras esperábamos a que diera comienzo la regata, aplazada media hora por un cambio inesperado de viento, divisamos a estribor una elegante 'Pershing 54' con pequeñas siluetas multicolores. Eran los nietos reales, que se hacían más reales que nunca. Tumbados boca abajo sobre las colchonetas de popa, los cuatro varones contemplaban el ir y venir de los veleros. Al fondo, sentado, Iñaki Urdangarín sostenía en brazos a su hija menor, Irene, que parecía dormida, mientras la prima Victoria jugaba a su alrededor. Muy cerca, la Reina no perdía detalle, la princesa Letizia, con esa original visera-pañuelo que ha cosechado división de opiniones entre los expertos en moda, sujetaba a Leonor, que ayer lucía un vestido rojo y un sombrero blanco y, ya a babor, Jaime de Marichalar,
con un polo verde botella, oteaba el horizonte. El mensaje parecía claro: la familia que navega unida, permanece unida. Y por si aún queda alguna pregunta en el aire... Podremos verlos a todos juntos en la foto oficial del verano, prevista para mañana, lunes, en Marivent.
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